Amo a mi madre. Con sus defectos y sus virtudes, con su luz y su oscuridad, con sus errores y aciertos…con todo lo que ella ha sido. Tan única e irrepetible.
Figura básica e indispensable en mi vida con la que pasé épocas complicadas….. hasta que entendí que no era nada personal: simplemente yo le recordaba su herida abierta. Nunca fue nada personal.
Me tomó años entender este punto tan importante. Años de sufrimiento profundo hasta que tomé distancia de ella para poder encontrarme a mi misma, para descubrirme, para conectar conmigo, para ser libre.
Y fue entonces cuando pudimos empezar a conectar como adultas, a conocernos, a entendernos, a aceptarnos y amarnos tal cual éramos.
Nunca quise pensar en que algún día la vería morir y que sentiría el dolor mas desgarrador que jamás he sentido hasta ahora. En su último aliento, sin ella saberlo, se llevó un trozo de mi.. un trozo que me faltará hasta el fin de mis días.
Ella es una cifra más en los telediarios, una muerte más… para ellos no es más que parte de un total desafortunado…. pero para mi era la madre que me parió. Y, ahora que se ha ido, soy mucho más consciente de todo lo que ha sido para mi y siempre será.
Ejemplo de fuerza, sinceridad, valor, bondad y compasión. Y es que ahora de nada me sirve perder energía en pensar que no fui la mejor de las hijas, ni en que ella no fue la mejor de las madres. Simplemente hemos sido dos personas haciéndolo lo mejor que hemos podido y sabido. Dos personas que han logrado comunicarse, aprender y evolucionar juntas hasta tener una relación maravillosa llena de Amor. Dependía de nosotras y lo logramos: sólo teníamos que hablar y escucharnos desde el corazón, así de simple.
Y, en medio de este dolor profundo que siento, ella me sigue enseñando incluso con su ausencia: el tiempo y energía perdidos en cosas superficiales, el sufrimiento que podría haberme ahorrado por aferramientos, miedos inútiles, rigidez mental, victimismo, no amarme….ahora puedo ver lo importante que es saber relativizar en la vida. ¡Cuánta energía malgastada en tonterías!. La vida es demasiado valiosa familia. Aprendamos a amarnos, a apreciar la belleza y perfección que hay en todo, incluso en la muerte, a disfrutar de esta existencia humana tan preciada mientras aprendemos…porque es para eso que hemos venido: a ser felices.
Gracias mamá por ser Luz en mi camino. Gracias por esta vida humana. Gracias por ayudarme a ser mejor persona. Gracias por haber sido la madre perfecta para mi crecimiento y para mi aprendizaje en esta existencia. Gracias por tu amor incondicional, tus deliciosas comidas cocinadas con tanto amor y tus risas. Gracias por tu paciencia y respeto hacia la hija «diferente» de la familia. Gracias por respetar nuestro pacto de almas desde tu infinito amor. Gracias por Ser. Gracias por ayudarme a sanar tantas cosas. Gracias por amarme tal cual soy.. y gracias por mil regalos más que me has hecho en esta vida y que siempre llevaré en mi corazón.
Sé que nos volveremos a encontrar de nuevo mamá, como en tantas otras vidas: quizás en otro plano, en otro cuerpo, en otra galaxia, con otra forma…. y te seguiré amando en todas y cada una de ellas, da igual el rol que escojamos entonces.. porque el Amor siempre es y será la esencia que nos une.
Te acompaño en tu liberación del dolor del pasado y del presente para que recuperes tu poder interior.